De vez en cuando los diseñadores se encuentran con joyas como estas, espacios de los que partir desde cero que además poseen mil y una posibilidades.
El potencial de este loft de Londres era inmenso y Mark Lewis supo aprovecharlo. Su misión era convertirlo en un apartamento de dos habitaciones con encanto y alma y queda claro viendo las imágenes que lo consiguió.
El aire general que se respira es el de estar en una casa antigua, del siglo XIX pero muy mejorada, con todas las comidades del presente.
Madera original recuperada en los suelos, paredes de ladrillo y techos sin revestir en la estancia principal. En la cocina la iluminación, el mobiliario y la grifería aunque actuales encajan a la perfección en el ambiente creado.
En el dormitorio el azul impera en paredes y cortinas imprimiendo así carácter y personalidad al espacio más íntimo de la casa.
Fuente: Remodelista