Yo veo una playa y una de las cosas que pienso, entre otras, es en leer. Es uno de mis placeres de verano: leer bajo la sombrilla sintiendo el airecito del mar, oliéndolo y levantando la vista de vez en cuando para contemplarlo.
Así que este proyecto me gusta especialmente, nunca se me hubiera ocurrido ubicar una biblioteca como esta en una playa pero el resultado me parece magnífico. La rotunda presencia de la arquitectura en un medio tan natural y onirico da como resultado un sorprendente y relajante contraste. Esta biblioteca además de contar con acceso directo a la playa desde la sala de lectura cuenta con una sala de meditación en la que dos aberturas en paredes opuestas permiten ver el amanecer o la puesta de sol, además en esta sala puede oírse el rumor del oleaje.
Esta maravilla recibe el nombre de Seashore, es obra del estudio Vector Architects y se encuentra en China. No se me ocurre mejor forma para infringir la Ley de Costas.
THE ARTICORE BLOG
12 junio, 2016 at 8:19 pm (8 años ago)¡Qué gran idea! Me pasaría el verano ahí, yendo y viniendo del agua a la biblioteca sin parar.