Esta es la casa de un ilustrador. Anteriormente era un piso familiar con muchas habitaciones y tabiques que lo dividían y creaban zonas oscuras, pero su actual propietario necesitaba luz y amplitud. Se puso en manos de las arquitectas Claudia Bresciani y Júlia Risi que llevaron cabo una reforma manteniendo elementos característicos como el suelo de parquet.
Configuraron la cocina, el comedor y el salón como un único espacio, desde mi punto de vista característica indispensable en una casa, dejando el estudio separado por una gran puerta traslúcida que deja cerrada deja pasar la luz necesaria para trabajar en buenas condiciones.
La decoración es una mezcla ecléctica de distintos muebles y simplicidad de materiales cediendo así el protagonismo a las obras del ilustrador. Aún así hay que destacar el largo banco de hormigón del salón que sirve como zona de asiento o como zona de apoyo de libros y revistas. Y tampoco podíamos pasar por alto dos grandes detalles en la cocina: los muebles a medida de pino de puertas blancas y rosas, difíciles de imaginar pero resultan geniales y muy originales, y la despensa sin puerta en turquesa que la convierte en un espacio único en la casa.
Fotos: Pedro Vannucchi
Fuente: Dezeen