Cuando viajo y entro a tiendas o restaurantes nuevos, a veces si uno de ellos me gusta demasiado, pienso que ese bien podría ser mi negocio, que si yo me hubiera lanzado lo habría puesto igual o que por lo menos me habría gustado imaginarlo así. Esto es lo que les paso a los propietarios de Flo: querían reproducir las floristerías de Le Marais, el barrio de París por el que paseaban e imaginaban. Llegaron a Sao Paulo y la crearon, gracias al estudio Epicentro que dio forma a su sueño. Muebles vintage, estanterías metálicas, láminas de botánica, lámparas de estilo industrial y una claraboya que atraviesa la tienda de lado a lado son los elementos decorativos que crean este singular espacio. El resto del encanto reside en las plantas que cuelgan del techo, las flores que ocupan las mesas o vitrinas y los cactus de los fanales.
Ultimamente me encuentro con floristerías muy especiales: esta de Estocolmo y este bar/floristería de Amsterdam son un buen ejemplo.
Fuente: Deezen