Masquespacio no se aburre, en cada nuevo proyecto se las ingenian para hacer algo completamente diferente y siempre sorprendente. Esta vez han vuelto a Valencia a dar vida a un albergue de la ciudad. Y nunca mejor dicho lo de dar vida porque si hubiera que elegir una palabra para este trabajo sería color.
Aún manteniendo las características típicas de la arquitectura del edificio, como las molduras y los preciosos pavimentos hidráulicos de la época, le han dado una vuelta de 180 grados y han creado un albergue llamativo ante todo.
Cada habitación ha sido decorada siguiendo una temática distinta: el surf, la música, el estilo Memphis, el pop-art, etc…. De esta forma es casi seguro que cada cliente encontrará una habitación a su estilo en la que vivir una nueva experiencia pero como en casa. Eso sí, en todas ellas encontramos juegos geométricos y color, mucho color.