The Line Hotel se encuentra en Los Angeles y además de unas maravillosas zonas comunes cuenta con 388 habitaciones no aptas para todos los gustos.
Todas ellas comparten 3 elementos: la mayoría de sus paredes son de hormigón, excepto la pared principal, ocupada por un gran ventanal con unas estupendas vistas y además en todas las habitaciones uno de los asientos está tapizado con bonitas telas mexicanas.
Para aprovechar el espacio el cabecero de la cama es a la vez un escritorio o repisa para dejar las pertenencias, pero siempre con vistas a la ciudad. El gris del hormigón lo han contrarrestado con color en cojines, asientos o lámparas.
Entiendo que los detractores de este hotel aleguen excesiva modernidad y frialdad en sus paredes o que la cama da la espalda a la puerta de entrada, quién sabe. A mí me gusta el carácter que imprimen esas paredes y no me importaría levantarme con unas vistas tan urbanitas como esas.
|Harmony and design|
5 noviembre, 2014 at 11:15 am (10 años ago)Wow Laura las zonas comunes son increíbles pero las habitaciones con esas brutales vistas y ese aire decadente me rechifla.
La Bici Azul
5 noviembre, 2014 at 2:55 pm (10 años ago)Es uno de mis hoteles preferidos, sería un sueño poder alojarme en él algún día. Me gusta todo!!