«¿Por qué lo bello tiene que ser nuevo, depurado y perfecto? Lo usado, emotivo y lo inesperado, además de necesario, también es hermoso.» Estas son palabras del diseñador gráfico Albert Folch y hoy os muestro su casa.
Anteriormente fue un taller de pintor, reformada por el estudio Arquitectura G, han dejado un espacio diáfano para que los distintos ambientes convivan y se alimenten.
La arquitectura es sencilla, sin terminar, y es el propietario el que con sus pertenencias y objetos personales completa y personaliza el espacio.
Este proyecto fue publicado en el libro BCN: Inside. En él se muestran viviendas y modos de habitar de creativos residentes en Barcelona. Además de las fotografías se incluye una pequeña entrevista en la que cuentan cómo viven, cómo trabajan y la relación que hay entre ambas cosas.