Slow life
Muchas veces la velocidad del día a día hace que nos metamos dentro del remolino y como partículas de un todo, actuar con la misma celeridad sin pararnos a pensar.
Últimamente y con la edad, voy tomando más conciencia de la importancia de disfrutar el día a día siendo consciente de ello y de cuidar y valorar los pequeños detalles.
Cuanto mayor soy, más me dejo atrapar por el espíritu navideño, por disfrutar de mi cumpleaños o celebrar fechas señaladas… Es acabar con una actitud desganada ante lo que consideraba ñoño para dejarme llevar y disfrutar sin juzgar.
Relajarse, contagiarse, ralentizar y en suma disfrutar sin prisa. En definitiva, es llevar a cabo una slow life: actuando consciente y plenamente, respetando el entorno, el medioambiente, buscando un consumo local y lo más estacional posible.
La pandemia nos ha hecho parar y hacernos pensar. Intentemos sacar algo positivo de este año tan extraño y cambiemos. En nuestra mano está ir haciéndolo poco a poco.
Os dejamos imágenes bonitas sin más. Y os animamos a avanzar lentamente pero con sentido. Os deseamos una Feliz Navidad y ahora que la situación nos ha obligado a parar en seco, disfrutemos con consciencia y sin prisa.
Fotos via: Pinterest