Los japoneses siempre sorprenden con sus construcciones, en las ciudades no disponen de superficies demasiado grandes así que tienen que darle al ingenio para encajar su casa en pocos metros cuadrados.
Estrechas y alargadas son muchas de las nuevas edificaciones que nunca me dejan indiferente. En esto caso es Kakko House, una casa en la que a falta de metros se ha aprovechado la luz natural al máximo con cristaleras en la fachada. Total, la intimidad se puede recuperar en cualquier momento con un par de grandes cortinas.
Por dentro un interior minimalista y sencillo para no recargar el espacio y mantener la sensación de paz y calma que tanto les gusta a ellos.