Me enamoré de este cuarto de baño nada más verlo.
Con toda seguridad podría afirmar que no es el cuarto de baño más cómodo del mundo pero en él mis ojos bailan de una pieza a otra: los antiguos lavabos de dos patas, ese impresionante mueble en el que caben desde libros de lectura, frascos de botica y todas las cremas y potingues de uso diario familiar, la preciosa bañera exenta que no podría haber encontrado mejor ubicación, los espejos perfectamente avejentados y por último los apliques y la lámpara dorados.
En el suelo, probablemente recuperado, descansan unas bonitas baldosas hidráulicas acompañadas por un sencillo azulejo blanco en las paredes que no le roba protagonismo.
Y hasta la ducha de blanco impoluto, con los perfiles metálicos, la ventana y la pequeña repisa me gusta…
Fotos: James Merrell
Fuente
Rocio Esquilas
23 septiembre, 2014 at 12:01 pm (10 años ago)qué pasada laura, lo que más me impacta es el mueble de madera ¿por qué no tener uno con libros en el baño? es GENIAL. Y la mezcla de texturas es preciosa.
Mi casa no es de muñecas
23 septiembre, 2014 at 2:02 pm (10 años ago)Me pasa igual Laura. Es un baño único, increíble. No creo que nadie más lo tenga. Y eso, poder decirlo, vale millones. Eso sí, cómodo y funcional -como dices- no sé. Pero precioso y con personalidad, un rato.
Besos.