Él mismo dijo en una entrevista sobre el orígen de los beatnicks: «Esa foto salvaje y codiciosa que me sacaron para la portada de On The Road, en la que luzco tan Beat, se remonta a mucho más atrás que 1948, cuando John Clellon Holmes (autor de Go y The Horn) y yo nos sentábamos a pensar la significación de la Generación Perdida y el subsiguiente Existencialismo, y dije, “Sabes, ésta, realmente, es la Generación Beat,” y él saltó y dijo, “Cierto, ¡tienes razón!” Nos remonta a 1880s, cuando mi abuelo Jean-Baptiste Kerouac solía salir al porche en medio de una tormenta eléctrica, con una lámpara de kerosén en la mano y gritaba, “¡Vamos! ¡Adelante! ¡Si eres más poderosa que yo, derríbame y apaga la luz!” mientras su mujer y sus hijos temblaban en la cocina. Y la luz nunca se apagó. Quizás, dado que soy el vocero de la Generación Beat (soy quien originó el término alrededor del cual la generación cobró forma), debería apuntar que las agallas beats me vienen de mis ancestros, que eran Bretones, el grupo noble más independiente de toda Europa, que lucharon contra los Franceses Latinos hasta el último momento»
Quizá este origen europeo de antiguos luchadores bretones fue lo que marcó su carácter.
Pasó su infancia en Lowell, Massachusetts, llegando a la Universidad de Columbia y convirtiéndose en una promesa del fútbol americano. Las lesiones, su gran inquietud literaria, y sobre todo la influencia del grupo que se fue formando con Allen Ginsberg, Neal Cassady y William S. Burroughs hicieron que se fuera alejando de los terrenos de juego y acercándose cada vez mas a la máquina de escribir.
Kerouac escribió «On the Road», durante 20 días de locura y frenesí Escrito bajo los efectos de las anfetaminas en abril de 1951 en un rollo de papel continuo, a modo de plasmar físicamente sobre un soporte lo que dice el contenido escrito. Utilizó este método con su máquina de escribir para evitar el cambio de papel y no interrumpir el ritmo acelerado de la historia; llevándonos a un espacio dónde dos amigos «en el camino» viven una historia continua acelerada duradera -al igual que el propio rollo donde fue escrita- con finales felices y no tan felices.
El manuscrito fue vendido por 2.430.000 dólares en 2001 a James Irsay, dueño de los Colts de Indianápolis.
Todo el libro gira en torno a las locuras aventureras de Dean Moriarty, pseudónimo de Neal Cassady; ese gran amigo y compañero capaz de dar miedo o provocar ternura. El gran conductor surcando el país de un lado a otro, pasando brevemente por trabajos sucios en la América decadente y melancólica, buscando desesperadamente a su padre, un mendigo quizá imaginario, quizá espejo de su propia existencia.
Una historia apasionante llena de vida y energía. Una historia regada de psicotropías, de jazz, de asfalto, de hoteles malolientes decadentes, de alcohol y humo y noches largas hasta el amanecer. Un diario vital, viral. Una historia continua, como el rollo donde fue escrita. Una historia interminable, eterna, imprescindible. On the Road.
Esperanza
23 abril, 2013 at 7:01 pm (12 años ago)¡Sin palabras me has dejado!