Este restaurante es el perfecto ejemplo de como conseguir un ambiente japonés sin recurrir a los típico iconos o facilones símbolos orientales.
Con sencillez y simplicidad, con mobiliario nórdico, se puede conseguir un espacio libre de artificios en el que se percibe la esencia y el espíritu japonés.
Mediante el ladrillo blanco, la madera de abedul y el latón consiguen la pureza y uniformidad necesarias. Los paneles perforados en el techo, además de ocultar las instalaciones, dan continuidad al espacio en toda su longitud.
Me gusta el contraste que su interior crea con el exterior clásico en el que se sitúa, enmarcado como si de una obra de arte se tratara.
Fotos Tom Ferguson
Rocio Esquilas
19 agosto, 2014 at 11:25 am (10 años ago)de lo simple que es ME ENCANTA, sencillez, mucha luz y limpio… y se tiene que comer de lujo encima :)