El fin del mundo no es pero lo parece. En el noreste de la isla de Gotland (Suecia) se erige este hotel tan particular.
De nuevo hablamos de sueños: el fotógrafo Johan Hellström pasó parte de su vida buscando el encuadre perfecto, un día en la península de Furillen encontró esta cantera de piedra caliza abandonada y decidió que este era su sitio, había encontrado el lugar para empezar de nuevo.
Junto con su esposa Anna-Karin, en un paisaje industrial y algo selenita imaginó Fabriken Furillen. Un hotel totalmente integrado en su situación, sin artificios, desprovisto de color, ideado para relajarse y olvidarse de todo. Con un estilo escandinavo e industrial, en gris y en blanco, consigue un ambiente cálido y apacible para el descanso.
Dispone de 16 habitaciones, pero si estas no te proporcionan el retiro necesario puedes alojarte en una caravana aislada o en alguna de las cabañas repartidas por el bosque, ahí el aislamiento será total.
rocio
19 diciembre, 2013 at 8:41 am (11 años ago)La verdad es que por fuerta da «miedito» parece mini carcel o calabozo más queuna cantera, pero el paisaje y el interiorismo es una pasada, por dentro han conseguido que sea de lo más acogedor. Me encantaría pasar ahí un fin de verdad??
Mª Eugenia
19 diciembre, 2013 at 10:28 am (11 años ago)Un lugar muy original, sin duda, perfecto para desconectar y para los que buscan algo diferente.
Noelia
19 diciembre, 2013 at 10:43 am (11 años ago)Estoy con Rocío, la arquitectura no me gusta, ahora el entorno es de lo más apetecible!
Beso
WomanToSantiago
petitecandela
19 diciembre, 2013 at 11:04 am (11 años ago)Un lugar singular. Desde luego muy romántico no es, pero tiene el encanto del paisaje.
Bs.
PetiteCandela
Mariel
19 diciembre, 2013 at 12:10 pm (11 años ago)Qué lugar más especial, la segunda imagen podría ilustrar un relato de «Crónicas marcianas». Espectacular