Otra casa nórdica más, para que engañarnos.
Pero es que me gustan mucho estas casas, y además la de hoy especialmente porque tiene vida, porque se nota que en ella habita una familia, porque aún siendo la típica casa donde predomina el blanco tiene personalidad, posee esos pequeños detalles que tanto me llaman la atención:
La sencillísima cocina blanca que han salpicado sutilmente con turquesa. La naturalidad con la que integran en un mismo espacio cocina y salón. La pared forrada de mil y un libros, que da paso al comedor. El dormitorio principal tal vez sea un pelín desastroso pero no deja de tener el encanto de lo espontáneo y natural. Y por último el dormitorio infantil caótico y divertido.