Para empezar bien la fachada de este hotel ya me gusta, el contraste de las preciosas baldosas verdes con el acero y el toque dorado de su nombre crean un impacto visual sencillo pero elegante, con un toque de distinción.
Su zona de desayuno abierta con esas bonitas cristaleras de madera y la encimara interior en la que dan ganas de comerse todo tampoco están nada mal.
En Alex Hotel han apostado por el diseño y por ello tanto las zonas comunes como las habitaciones están plagadas de piezas para amantes de lo visual y de una buena estética: los apliques encima de la cama, las sillas de la zona de estar, los módulos para dejar las maletas y colgar los abrigos…etc. todo parece haber sido seleccionado con cuidado para encajar en su imagen y concepto. Tendremos que viajar hasta Australia para comprobarlo ;).