En cualquier sitio puede estar nuestro pequeño refugio. La construcción que os traigo hoy es sencilla, básicamente son cuatro paredes y una cubierta inclinada, poco más.
Su encanto reside en que su cara norte es prácticamente de cristal, y al ser estrecha todas las habitaciones están inundadas de luz y naturaleza en uno de sus lados. Viendo esta casa nunca hubiera podido imaginar que se pudiera convertir en un refugio tan apetecible.
Me gusta como han continuado el escritorio y han creado la escalera de acceso a la cama. Y la idea de darte una ducha prácticamente en el jardín es todo un acierto, gracias a Dios el exhibicionismo no ha llegado al límite y para el interior del cuarto de baño han puesto una pequeña pared de cristal traslucido que da algo de intimidad.
Como ya he comentado anteriormente, el efecto de confundir el interior con el exterior y hacer que la cocina o cualquier estancia de la casa parezcan situadas en el jardín me encanta, creo que es una de las premisas que debe cumplir una casa de verano, si es posible.
Maria Eugenia
30 julio, 2013 at 7:02 am (11 años ago)Una casa muy curiosa, la construcción parece la de una antigua nave o garaje. Que buena idea la de convertir todo un muro en una cristalera.
Un beso
rocioesquilas
30 julio, 2013 at 7:40 am (11 años ago)Cuanta luz, qué gozada… me encanta esa sensación del baño, mientras te duchas estás metido en medio del paisaje.
Esperanza
30 julio, 2013 at 7:45 am (11 años ago)Me encanta la originalidad de continuar el escritorio para hacer la escalera hasta la cama…bueno, me encanta la casa en si. Me parece perfecta para desconectar del estrés diario.
Besitos.