Con este pequeño proyecto los fotógrafos tuvieron que recorrer varias residencias con su estudio móvil.
El revuelo y el estusiasmo que causaron su presencia y su trabajo puso patas arriba la tranquila vida de estos ancianos, que querían lucir sus mejores galas y dudaban que ponerse, se acicalaban y afeitaban para salir con la mejor de sus sonrisas. Los nervios ante la cámara, su expectación ante lo inusual y diferente creó un ambiente inmejorable y lo convirtió en una experiencia emotiva y maravillosa para los fotógrafos. Y como podéis ver sacaron unas preciosas sonrisas, porque la sonrisa nunca envejece ;)
Fotos: Ilya Nodia y Irina Muravyova
Fuente: Behance