La decoración de mesas no es mi fuerte, nunca intento que una mesa me quede bonita porque creo que es algo realmente complicado para lo que me siento incapacitada, no tengo una vajilla bonita, cada plato es de su padre y de su madre ya que me gusta comprar piezas sueltas, mi cubertería tres cuartos de lo mismo e incluso peor, hasta tengo cucharillas del AVE y mis manteles son un poco más dignos, pero al final siempre acaban con manchas imposibles de quitar. Así que entre mis pocos medios y mi poco arte para ello ni siquiera me esfuerzo demasiado.
Al ver mesas como esta me quedo prendada. Podría ser una mesa para muchos meses del año pero con tanto blanco y con esa fruta yo la encajaría en invierno, y aunque no tiene ningún adorno, con el rojo sobre blanco la veo perfecta para Navidad.
Una mesa sencilla, pero poética y romántica, con el contraste de colores perfecto.
Fuente: vintagewhitesblog.com