En esta casa las tonalidades están muy definidas y son pocos puntos en los que se sale del blanco, gris o negro.
Me gusta especialmente el espacio compartido por la cocina y el salón. Tanto los muebles de como de otro están dentro de un estilo clásico, sin estridencias ni atrevimientos ya que el uso del negro le da la personalidad suficiente al espacio: el suelo, la mesa y los marcos de las ventanas se llevan toda la atención. El uso del color en estos últimos, al contrario de lo que podría parecer, consigue potenciar la luz y enmarcarla en la pared blanca.
En el dormitorio, más suave y calmado, han optado por azules y blancos en contraste con la pared de ladrillo visto y el suelo de madera.
Fotos: Anders Bergstedt
Fuente: Dust Jacket