Dos fines de semana al mes durante dos años es lo que tardaron en construir esta cabaña. Todo empezó el día que Mason St. Peter visitó a un amigo en Topanga Canyon, se enamoró del lugar y como no había ninguna cabaña disponible decidió hacérsela el mismo.
Poco a poco, con paciencia, casi sin tiempo libre y con mucha sencillez su refugio tomo forma.
Me recuerda a la casa que construyó esta pareja, un ejemplo más de que los sueños pueden hacerse realidad.
Fotos: Mariko Reed
Fuente
Rocio Esquilas
4 agosto, 2014 at 10:27 am (10 años ago)Me encanta Laura… para las noches de verano es ideal