Siempre he pensado que los aparadores son piezas decorativas y tremendamente funcionales, y no sólo porque nosotros nos dediquemos a fabricarlos. En casas como la de hoy podemos comprobar lo estéticos que resultan ademas de prácticos.
En el salón un aparador vintage de reducidas dimensiones y tremendamente sencillo, que junto con la lámpara y un antiguo cuadro del Rey Balduino visten una esquina al lado de la imponente chimenea.
Otro aparador, esta vez con algo de color, en el recibidor. Aquí imagino guardarán todo aquello que queremos tener a mano a la hora de salir de casa: llaves, carteras, bolsos, guantes…etc.
Y un tercer aparador retro en el cuarto infantil sobre una pared amarilla y acompañado de juguetes antiguos y montones de libros. Probablemente esta pieza esconda los secretos y tesoros del más pequeño de la casa ;)
Ya de paso os enseño está precioso piso, en Bruselas, de arquitectura clásica y decoración retro-vintage, con paredes de colores y muebles comprados en mercadillos de pulgas y en eBay.
Como veis este casa es un buen ejemplo de la versatilidad de los aparadores y de sus múltiples usos. Si queréis ver más os invito a visitar nuestra web Énola.
Fuente: The socialite family